ascuita

lunes, 25 de febrero de 2013

jazz en el casino



25 años aun no son nada
hace 25 años, el 25 de febrero de 1988, se ponía en marcha un pequeño ciclo de conciertos, que bajo el nombre “jueves de jazz” programaba el área de cultura del ayuntamiento de huesca (cuyo responsable/concejal era jose maria laborda) en colaboración con una naciente asociación de aficionados al jazz y al blues, contrabajo. en un principio eran cuatro conciertos a celebrar en el salón central de la planta baja del casino, el circulo oscense. una denominación que duró lo que dice la canción de los hielos en el whisky de sabina, puesto que rápidamente fue conocida como “jazz en el casino”. y es que el cartel tipo que se utilizo para su promoción y el que figuraba en el fondo del escenario, unas grandes letras de imprenta, blancas, sobre fondo negro, se encargaron de crear un mini mito local.
por una de esas casualidades, con conversaciones con diversos interlocutores, se llegó de pedir por parte de los aficionados locales, que veían cierta deriva en la programación (jazzística) municipal, un rigor. y de la parte institucional llegó la petición de un compromiso. así surgió contrabajo y una programación que fue mucho más allá de lo que entonces se podía llegar a pensar.
lo que en un principio eran cuatro conciertos y un “luego ya veremos” se pulverizó esa primera noche.  la programación del primer ciclo incluía al trío de ignasi terrasa, el sexteto be and bop, el blues de big chief y el grupo local de jazz fusión la llamada. la noche en la que tenía que actuar el trío del pianista invidente ignasi terrasa, músico que había causado muy buena impresión en una ocasional actuación anterior con otro grupo, todo eran dudas. ¿cómo iban a funcionar las cosas?. ¿habría público en huesca?...  publico, aficionado al jazz, quizá no muchos mas del que conformaba la asociación, pero si curiosidad, ganas, ciertas dosis de esnobismo…  el caso es que a las diez y media la sala estaba llena (lo que es un lleno en jazz, claro) y todo fue sobre volandas y continuó los siguientes jueves. el jazz, por supuesto, no era la nueva música popular de la ciudad, pero el ambiente era agradable, la entrada asequible, había un servicio de bar puesto que el montaje de la sala reproducía el ambiente de un tópico club de jazz… un éxito que llevó a hacer, antes del verano, una segunda tanda de conciertos. Otros cuatro:  ocq, gysc (gonzalez-yaqub,salim,colina)…
fue el nacimiento de una idea que vendría a durar una década. hasta languidecer y desaparecer, contrabajo programaría durante varios años el famoso jazz en casino, cada vez de forma mas independiente de las instituciones y participaría con estas en una primera edición de un festival de jazz de huesca (en el jardín de verano del parque en el 1989) y posteriores con la colaboración (impagable) de la peña alegría laurentina. el desencuentro con las instituciones (brutal y vergonzante en ocasiones) y la imposibilidad de utilizar la mítica sala del casino (se convertiría en el luego reconocido –y estrellado michelin- restaurante lillas pastia) iría dando independencia a contrabajo que buscó coordinación con otras asociaciones o programaciones jazzísticas (de los amigos del jazz de monzón al centro cívico delicias de zaragoza, el circuito de clubs en jazz que patrocinaba caja madrid…) y las mas ocasiones con el paraguas local de “la laurentina”.  Comenzó un peregrinaje por diversas salas: transito, sobrarbe, la estrella, juan sebastian bar, el edén (la segunda sala mas estable), la escuela de artes y por supuesto el jai alai (sede de un memorable festival y ciclos de blues).
en esa década, dos cientos de actuaciones. un listado, que pone los pelos como escarpias, con la flor y nata del jazz nacional o afincados, madera (que en una de su actuaciones grabaron, en directo, su disco “postfree”), solar, perico sambeat, jorge pardo, baldo martinez, ximo tebar, lou bennet, abdu salim, malik yaqub… primera figuras de la escena  internacional, george cables, gary bartz, jeanne lee (la segunda de sus visitas, para celebrar las primeras cien actuaciones, por dos noche, un lujo irrepetido e irrepetible), el contrabajista peter kowald (actuación incluida en la programación paralela de la primera edición del festival madrileño de libreimprovisacion hurta cordel) y por supuesto, la mítica noche con lee konitz.
además, en esa década hubo mas; ideas de programaciones heterodoxas como “reunión de improvisadores” (con músicos que nunca había tocado juntos, que incluyó un homenaje a don cherry, posiblemente el primero que se le hizo, a los pocos días de su muerte, o un concierto con tres batería en el salon azul del casino), la de “dejarme solo” (dedicada a solos, claro), el programa radiofónico “body and soul” en la fm de radio huesca y al que barrió la radioformula (luego con epílogos en radios independientes) o la publicación de contrabajo jazz, un magacine en unos momentos en los que no había prensa jazz nacional y que en parte sirvió de impulso a que amics del Jazz de lleida sacara su jazzology, posiblemente la publicación mas bonita y elegante del ramo, un calendario (y una exposición) con fotografías de pablo otin y dibujos de chema duran….
quizás 25 años después pueda pensarse que no queda nada de aquello. falso. la modesta programación del juan sebastian Bar o la del centro cultural del matadero son claras deudoras. de aquellos barros estos lodos. y además, fue increíble mientras duró.
jesusmoreno

2 comentarios:

jesus dijo...

texto publicado en la prensa provincial. diario del altoaragón 26 febrero 2013.

Anónimo dijo...

Sí que lo fue, sí