25 años aun no son nada
hace 25 años, el 25 de febrero de 1988, se ponía en marcha
un pequeño ciclo de conciertos, que bajo el nombre “jueves de jazz” programaba
el área de cultura del ayuntamiento de huesca (cuyo responsable/concejal era
jose maria laborda) en colaboración con una naciente asociación de aficionados
al jazz y al blues, contrabajo. en un principio eran cuatro conciertos a
celebrar en el salón central de la planta baja del casino, el circulo oscense.
una denominación que duró lo que dice la canción de los hielos en el whisky de
sabina, puesto que rápidamente fue conocida como “jazz en el casino”. y es que
el cartel tipo que se utilizo para su promoción y el que figuraba en el fondo
del escenario, unas grandes letras de imprenta, blancas, sobre fondo negro, se
encargaron de crear un mini mito local.
por una de esas casualidades, con conversaciones con
diversos interlocutores, se llegó de pedir por parte de los aficionados locales,
que veían cierta deriva en la programación (jazzística) municipal, un rigor. y
de la parte institucional llegó la petición de un compromiso. así surgió contrabajo
y una programación que fue mucho más allá de lo que entonces se podía llegar a
pensar.
lo que en un principio eran cuatro conciertos y un “luego ya
veremos” se pulverizó esa primera noche.
la programación del primer ciclo incluía al trío de ignasi terrasa, el
sexteto be and bop, el blues de big chief y el grupo local de jazz fusión la
llamada. la noche en la que tenía que actuar el trío del pianista invidente
ignasi terrasa, músico que había causado muy buena impresión en una ocasional actuación
anterior con otro grupo, todo eran dudas. ¿cómo iban a funcionar las cosas?.
¿habría público en huesca?... publico,
aficionado al jazz, quizá no muchos mas del que conformaba la asociación, pero
si curiosidad, ganas, ciertas dosis de esnobismo… el caso es que a las diez y media la sala
estaba llena (lo que es un lleno en jazz, claro) y todo fue sobre volandas y continuó
los siguientes jueves. el jazz, por supuesto, no era la nueva música popular de
la ciudad, pero el ambiente era agradable, la entrada asequible, había un
servicio de bar puesto que el montaje de la sala reproducía el ambiente de un
tópico club de jazz… un éxito que llevó a hacer, antes del verano, una segunda
tanda de conciertos. Otros cuatro: ocq, gysc
(gonzalez-yaqub,salim,colina)…
fue el nacimiento de una idea que vendría a durar una
década. hasta languidecer y desaparecer, contrabajo programaría durante varios
años el famoso jazz en casino, cada vez de forma mas independiente de las
instituciones y participaría con estas en una primera edición de un festival de
jazz de huesca (en el jardín de verano del parque en el 1989) y posteriores con
la colaboración (impagable) de la peña alegría laurentina. el desencuentro con
las instituciones (brutal y vergonzante en ocasiones) y la imposibilidad de
utilizar la mítica sala del casino (se convertiría en el luego reconocido –y estrellado
michelin- restaurante lillas pastia) iría dando independencia a contrabajo que
buscó coordinación con otras asociaciones o programaciones jazzísticas (de los
amigos del jazz de monzón al centro cívico delicias de zaragoza, el circuito de
clubs en jazz que patrocinaba caja madrid…) y las mas ocasiones con el paraguas
local de “la laurentina”. Comenzó un
peregrinaje por diversas salas: transito, sobrarbe, la estrella, juan sebastian
bar, el edén (la segunda sala mas estable), la escuela de artes y por supuesto
el jai alai (sede de un memorable festival y ciclos de blues).
en esa década, dos cientos de actuaciones. un listado, que
pone los pelos como escarpias, con la flor y nata del jazz nacional o
afincados, madera (que en una de su actuaciones grabaron, en directo, su disco
“postfree”), solar, perico sambeat, jorge pardo, baldo martinez, ximo tebar, lou
bennet, abdu salim, malik yaqub… primera figuras de la escena internacional, george cables, gary bartz,
jeanne lee (la segunda de sus visitas, para celebrar las primeras cien
actuaciones, por dos noche, un lujo irrepetido e irrepetible), el contrabajista
peter kowald (actuación incluida en la programación paralela de la primera
edición del festival madrileño de libreimprovisacion hurta cordel) y por
supuesto, la mítica noche con lee konitz.
además, en esa década hubo mas; ideas de programaciones
heterodoxas como “reunión de improvisadores” (con músicos que nunca había
tocado juntos, que incluyó un homenaje a don cherry, posiblemente el primero
que se le hizo, a los pocos días de su muerte, o un concierto con tres batería
en el salon azul del casino), la de “dejarme solo” (dedicada a solos, claro), el
programa radiofónico “body and soul” en la fm de radio huesca y al que barrió
la radioformula (luego con epílogos en radios independientes) o la publicación
de contrabajo jazz, un magacine en unos momentos en los que no había prensa
jazz nacional y que en parte sirvió de impulso a que amics del Jazz de lleida
sacara su jazzology, posiblemente la publicación mas bonita y elegante del ramo,
un calendario (y una exposición) con fotografías de pablo otin y dibujos de
chema duran….
quizás 25 años después pueda pensarse que no queda nada de
aquello. falso. la modesta programación del juan sebastian Bar o la del centro
cultural del matadero son claras deudoras. de aquellos barros estos lodos. y
además, fue increíble mientras duró.
jesusmoreno
2 comentarios:
texto publicado en la prensa provincial. diario del altoaragón 26 febrero 2013.
Sí que lo fue, sí
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